El esperado encuentro entre los presidentes de Cuba y de Estados Unidos transitó por temas comerciales y otros más espinosos, como los DDHH y la democracia en la Isla, Guantánamo y la persistencia del bloqueo.
El esperado encuentro entre los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, punto central de la primera jornada oficial de la histórica visita del jefe de la Casa Blanca, transitó por temas comerciales y otros más espinosos, como los derechos humanos y la democracia en la Isla, Guantánamo y la persistencia del bloqueo, comentaron ambos mandatarios en una conferencia de prensa en la que primó el espíritu constructivo y el humor para zanjar las diferencias.
Castro, en su rol de anfitrión, resaltó ante los periodistas reunidos en el Palacio de la Revolución los avances en la normalización de las relaciones diplomáticas y elogió los esfuerzos “positivos” realizados por el mandatario visitante, pero reclamó levantar el bloqueo económico y comercial decretado hace 55 años para lograr mayores adelantos.
Raúl Castro dice que va a liberar a los presos políticos si tiene nombres
“Mucho más pudiera hacerse si se levantara el bloqueo de Estados Unidos; reconocemos la posición del presidente Obama y su gobierno contra el bloqueo y los llamados que hizo al Congreso para que lo elimine”, señaló Castro, que insistió en que las medidas adoptadas «son positivas pero no suficientes».
«Intercambié con él sobre otras medidas que pueden tomarse y que puedan hacer su contribución para el desmantelamiento del bloqueo”, agregó Castro mientras Obama lo escuchaba atentamente desde el atril que estaba a su derecha.
El mandatario cubano subrayó que “el bloqueo es el obstáculo más importante” para «el desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano”.
Además, Castro ratificó la “predisposición al diálogo” iniciado con Estados Unidos, pero a pesar de que ambos países tienen “diferencias que no van a desaparecer» porque tienen «concepciones distintas sobre muchos temas, como la democracia, los derechos humanos, la justicia social y las relaciones internacionales”.
El mandatario cubano subrayó que “el bloqueo es el obstáculo más importante” para «el desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano”
Sobre el final de su discurso Castro se salió del esquema pactado y contó que con el extenso temario no había existido tiempo para hablar de Venezuela. “Pero se lo digo ahora”, le señaló a Obama, que lo miraba impertérrito. “Hay preocupación por la situación de desestabilización que se intenta en Venezuela” y es “inconveniente para el continente”, indicó.
Por último, destacó que su gobierno se opone “al doble rasero en materia de derechos humanos”, tema sobre el que volvería en las preguntas de la prensa.
A su turno, Obama hizo una introducción más conciliadora y coloquial, con alusiones a la “emoción” que le genera esta visita, a de la predisposición de su familia a acompañarlo y al paseo del domingo por la tarde por La Habana Vieja, “donde visitamos la catedral y saludamos al obispo Jaime Ortega, que tan buen trabajo ha hecho junto con el papa Francisco por este acercamiento”.
Incluso se permitió bromear con la legendaria extensión en los discursos de “los Castro”, al anunciar que hablaría más que su anfitrión, aunque cada uno habló unos 14 minutos.
Luego Obama -que a la mañana rindió homenaje a José Martí y hasta se sacó una foto con la imagen del Che Guevara de fondo- subrayó que hablaron sobre democracia y derechos humanos y remarcó que aunque existen diferencias en los gobiernos, ambos van “hacia adelante”.
Obama en Cuba
“Tenemos dos sistemas distintos de gobierno, tenemos diferencias, pero lo que le he dicho (a Castro) es que nosotros vamos hacia adelante, no vamos hacia atrás; no vemos a Cuba como una amenaza a los Estados Unidos; el hecho de que yo este aquí abre un nuevo capítulo”, aseguró.
Tal como lo viene haciendo en los últimos días, Obama insistió: “El objetivo del diálogo no es que Estados Unidos le diga a Cuba cómo hacer las cosas sino que tengamos una conversación sincera y esperamos aprender uno de otro”.
“El destino de Cuba no será decidido ni por Estados Unidos ni por ninguna otra Nación”, sino que “lo definirán los cubanos y nadie más”, aunque dejó claro que Washington “seguirá hablando en nombre de la democracia”.
En sus discursos ambos mandatarios destacaron la importancia de los acuerdos alcanzados hasta el momento en correo; vuelos regulares; habilitación a los cubanos para comercial en dólares;, cooperación en áreas de salud y control de enferemedades transmisibles, como el zika, y no transmisibles, como el cáncer, a los que hoy se suma un acuerdo de cooperación en producción agraria.
Un tema que subyace en el interés de Estados Unidos y que genera prevenciones en Cuba es el del acceso a internet. Obama, quien hoy anticipó en una entrevista concedida a la cadena estadounidense ABC News que anunciará en esta visita un acuerdo entre el gobierno cubano y la empresa californiana Google para ampliar la conectividad de la isla, con más conexiones de wi fi y banda ancha.
Por esto Obama dijo que es “imposible” crecer sin internet y Castro que los avances en esa materia se harán “al servicio de los intereses nacionales”.
A la hora de las preguntas, un periodista estadounidense, hijo de cubanos emigrados, le preguntó a Casto por qué había en Cuba presos políticos y cuándo serían liberados, y luego matizó con una consulta sobre si prefería como sucesor de Obama a Hillary Clinton o a Donald Trump.
El presidente cubano obvió la segunda pregunta y le espetó: “Tráeme una lista de presos políticos en Cuba y estarán libres esta noche”.
El periodista no pudo repreguntar y Obama optó por mantener la cordialidad, pero la réplica llegó poco más tarde a través del vocero del Departamento de Estado, John Kirby, quien declaró que “claramente hay personas detenidas por razones políticas” en Cuba, aunque admitió que no sabe si tienen “una lista exhaustiva” de esas personas.
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