Escaso nivel de impacto, reacción «desesperada» de Hugo Moyano ante el acecho de causas judiciales y una cristalización plena del «hartazgo» ciudadano hacia los dirigentes del kirchnerismo o de los gremios desligitimados políticamente. Con estas lecturas coincidentes en mano el presidente Mauricio Macri y sus ministros esperan la movilización de protesta que realizarán hoy al mediodía los gremios antimacristas en la Avenida 9 de de Julio.
El gobierno le restará relevancia a la marcha de Moyano y en la intimidad de la Casa Rosada evaluaron ayer que el escaso nivel de adhesión al gremio de Camioneros terminará jugando en favor del oficialismo. No sólo ello, el Presidente y sus ministros creen que los que acompañan a Moyano le hacen un favor al gobierno y dejan en evidencia la necesidad del gremio de Camioneros de buscar un «blindaje político» ante las causas judiciales que lo tienen en vilo.
Un ministro que estuvo ayer con Macri destacó ante Infobae que «cada vez está más claro que la protesta de los gremios es por las causas judiciales y que antes estaban acostumbrados a tener impunidad o un gobierno que los apoye».
Desde una lectura del impacto de la movilización, en el gobierno creen que no afectará demasiado a los trabajadores que no adhieren por una simple razón: la mayor parte de los sindicatos que no se sumaron a la protesta de Moyano tienen incidencia en el transporte o en la tarea cotidiana del ciudadano de a pie.
Los gremios que adhirieron al reclamo de Camioneros son el de Dragado y Balizamiento; la CTA de Hugo Yasky; la CTA de Pablo Micheli; docentes de la Ctera y empleados bancarios.
Así, no adhieren los gremios fuertes como Comercio, UOCRA, UOM, la UTA y la Unión Ferroviaria, claves para garantizar de transporte, los gastronómicos y los referentes estatales de UPCN.
Ayer a la tarde, el ministro de Trabajo, Jorge Triacca, y varios de sus allegados comentaban a Macri que hay una fuerte presión de los Camioneros y otros sectores que adhieren a la marcha para que se sumen otros gremios. Sin embargo, la decisión de los sindicatos de transporte será clave, según el gobierno, para desarticular el nivel de impacto de la protesta.
«La gente podrá ir igual a sus trabajos y mirará por TV a los impresentables de Moyano y todos los kirchneristas que hasta hace menos de un año estaban enfrentados», dijo un secretario de Estado que evaluó ayer en la Jefatura de Gabinete el potencial impacto de la marcha gremial.
Se refería así a los dirigentes kirchneristas y a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini que también se sumarán a la marcha moyanista. Para Macri y sus ministros esa será «la foto del pasado» y la de una dirigencia desligitimada.»La fuerza democrática se mide en las urnas. No en la calle», dicen que Triaca le dijo a un puñado de ministros.
Desde una lectura más fina de las causas judiciales que tiene Moyano, allegados al ministro de Justicia, Germán Garavano, evaluaban que «quedará en claro la desesperación del camionero por evitar que la justicia lo complique cada vez más».
En este sentido, en el gobierno admiten que Macri y Moyano tenían buena relación antes de que el líder de Cambiemos llegara a la Casa Rosada. Pero evalúan que ese diálogo se quebró cuando Moyano quiso presionar al gobierno para evitar que la justicia avance en las causas judiciales por enriquecimiento ilícito el manejo de fondos del Club Independiente.
«Moyano creyó que este gobierno le iba a frenar las causas. Pero no entendió nada del cambio que se venía», dijo un funcionario allegado a Garavano. En este sentido, en el gobierno sostienen que ahora los jueces, la UIF o los organismos de control de los gremios funcionan de manera independiente de la Casa Rosada.
Es cierto que el impacto en la justicia inmediato podría tener relevancia para Moyano. «¿Qué juez se animará a emitir un fallo después del día de la marcha contra Moyano?», se preguntó un funcionario del gobierno. El efecto de presión a la justicia, al entender del gobierno, quedará limitado en el corto plazo. Pero a la larga, en la casa Rosada creen que Moyano estará cada vez más complicado judicialmente y ya no tendrá mucho margen de maniobra para tender un blindaje político con un paro o una movilización callejera.
Fuente: Infobae.com
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