Bayern Munich y una paliza histórica: le ganó ¡10-0! al Auckland City en su debut y antes de enfrentar a Boca

 

Con un hat-trick de su estrella, Musiala, el gigante alemán arrancó feroz el Mundial de Clubes y metió un triunfazo ante el equipo (amateur) neozelandés en el grupo C, que integra también junto al Xeneize y el Benfica.

A los 10 segundos de partido quedó planteado cómo iban a ser las cosas. Literal. Un equipo con 11 defensores y otro con 11 delanteros. Corta. Desde ahí, desde la formación, desde la diferencia abismal entre uno y otro, el Bayern Munich aplastó a un Auckland City prácticamente amateur. Atento, Boca…

En los papeles, este primer encuentro del Grupo C estaba terminado antes de empezar. Desde lo futbolístico se cerró a los 4’, cuando tras un doble cabezazo en el área luego de un córner, Coman puso el 1-0. Ahí se bajó formalmente la persiana. Porque después de eso ya era esperar cuántos goles más haría el conjunto de Vincent Kompany, el DT más joven del Mundial de Clubes (39 años).

E hizo ¡tres en 6 minutos! Un escándalo. Boey, Olise y Coman de nuevo, en ese orden, decoraron el resultado nada menos que en el PT. Sin despeinarse, sin presiones, casi que al trote, jugando como si fuera una práctica formal en la semana. Pero eso no fue todo, antes de que terminara la primera parte, le hizo dos más: primero Thomas Muller, el histórico delantero de 35 años del Bayern y de la selección; y después Olise -otra vez-, quien la clavó en un ángulo. Golón.

Tiene coherencia lo que ocurrió en el TQL Stadium. El poderío alemán fue demasiado (ni siquiera hizo falta que convirtiera Harry Kane) para un equipo que ya ganó con participar de este Mundial. Y que si bien tiene peso en su liga y es el que más veces ganó la Champions de Oceanía, en este contexto no tiene ni para empezar. Es un equipo de country de Pilar, sin ofensas, con jugadores que trabajan de otra cosa. A tal punto que el único peligro fueron dos córners en el ST y dos intervenciones light de Neur.

La mala para Boca, al margen del poder alemán, es que Russo no podrá saber a partir de este partido cuáles son los puntos débiles de un equipo que jugó 90 y pico de minutos perfectos, sin fallas. Tampoco tuvo enfrente un rival que lo obligara, de hecho en el ST le terminó haciendo ¡cuatro más!: triplete de Musiala, que entró en el complemento, y otro más de Muller.

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