
El regreso al país en la frontera Argentina-Paraguaya, más precisamente en Falcón-San Ignacio de Loyola, los fines de semana y, obviamente en la temporada alta, se torna intolerante dada la cantidad de argentinos que vuelven de pasar unos días en el vecino país y la lamentable infraestructura del Complejo fronterizo del lado argentino.
La problemática fronteriza de San Ignacio de Loyola es de vieja data y gobierno tras gobierno han demostrado incapacidad o falta de interés para revertir la caótica situación que se da en fecha puntuales como los fines de semana largo, pero que también se refleja cotidianamente.
El flujo comercial, turístico y de cercanía en los últimos 15 años se ha multiplicado exponencialmente, pero el espacio físico sigue siendo prácticamente el mismo, aunque se hayan realizado tareas para mejorar la circulación dentro de las áreas del complejo fronterizo.
La problemática fronteriza también afecta a la ciudad de Clorinda, que padece el tránsito de camiones de gran porte que confluyen por la RN11 y también por la RN86, teniendo en cuenta que deben permanecer al costado de las rutas, sin banquinas, creando inconvenientes en la circulación del tránsito urbano y muchas veces cortes de rutas por conflictos entre los camioneros y el municipio local.
La problemática, aunque de vieja data, continúa siendo una situación que debe padecer el clorindense en primer lugar, pero también aquellos que por cercanía o destino deben traspasar la frontera por el Complejo Loyola-Falcón. Cabe señalar que las demoras la padecen en época de verano con más de 40 grados de temperatura, al sol y con poca seguridad fuera de la zona primaria
Imagen: Clorindaladia.com
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