Las mismas incluyen intensificar la vigilancia epidemiológica, supervisar de manera estricta la vacunación al personal de salud y estratégico, y fortalecer la concientización de la población respecto a la importancia de aplicar las medidas de prevención.
Durante la última semana se registró en la provincia de Formosa un marcado ascenso en los casos positivos a COVID-19, triplicando las cifras que se venían manteniendo prácticamente sin variaciones anteriormente.
Ante tal situación, el Gobierno provincial, a través de las autoridades sanitarias, establecieron una serie de medidas que tienen por objetivo mitigar el avance la enfermedad.
La directora de Epidemiología y Medicina Tropical de la cartera de salud, la doctora Claudia Rodríguez, explicó que apuntan a evitar la circulación y la transmisión del virus, como también reducir el número de casos contabilizados en los últimos días.
La especialista en epidemiología puso de resalto que, desde el 7 octubre, a pesar de que los casos de coronavirus se mostraron con valores bajos “presentaron un leve y progresivo aumento. Y de manera brusca, se triplicaron en esta última semana”.
Remarcó que “a fin de que no sigan creciendo esas cantidades en los días sucesivos, desde el Ministerio se decidió implementar una serie de medidas, difundidas por medio de memorándum”.
“La primera es intensificar la vigilancia epidemiológica de los casos febriles, es decir de las personas que presentan fiebre mayor a 38º”, dijo, como así también “estar atentos a otros síntomas como: congestión y secreciones nasales, tos seca con secreciones, dolor de garganta, dolor de cabeza, decaimiento general, dolor de músculos y falta de aire”.
Además, “se estableció la vacunación del personal de salud, docentes de todos los niveles y policías en actividad” a fin de que estén al día con los refuerzos, tal como están recomendados para estos grupos, con dos dosis al año, es decir, una cada seis meses.
Y se dispuso insistir a la población en el cumplimiento de las medidas de prevención orientadas a evitar la transmisión de esta enfermedad.
Entre esas, se recalcan “tener completo el esquema de vacunación COVID-19, al igual que las vacunas de calendario, especialmente: antigripal, antineumocócica, virus sincicial respiratorio, bordatella pertusis y haemophilus influenza B”.
Del mismo modo, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón; usar barbijo correctamente colocado cuando se va estar cerca de otras personas o en lugares cerrados con numerosa concurrencia; mantener una distancia de al menos 1,5 metros con otras personas.
No compartir utensilios personales como vasos, botellas, mate, tereré, así como mantener los ambientes ventilados, preferentemente de forma cruzada; cubrirse la boca y la nariz al toser; estornudando en el pliegue interno del codo.
Asimismo, evitar el contacto con personas que tienen síntomas respiratorios; evitar permanecer en lugares con aglomeración de personas; limpiar con líquidos desinfectantes las superficies en contacto con personas enfermas.
Rodríguez indicó que, de igual modo, es importante que ante la presencia de síntomas “hagan la consulta al centro de salud o al hospital más cercano y se realicen el hisopado nasal o nasofaríngeo”.
Y en caso que el resultado de positivo “se recomienda, por el lapso de 48 horas, permanecer en el domicilio, evitar el contacto con otras personas y no asistir a lugares públicos ni a actividades laborales, educativas, recreativas y sociales en general”.
Esquema de vacunación
Esta vacuna puede aplicarse desde los seis meses de vida. Los menores de 50 años que no presentan comorbilidades diagnosticadas deben recibir un refuerzo al año.
Y deben aplicarse dos refuerzos al año (cada seis meses), el personal de salud, el personal considerado estratégico, las personas que tienen desde 50 años en adelante con enfermedades de base, los pacientes inmunocomprometidos de cualquier edad y las embarazadas.
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