Es considerado uno de los próceres de la historia cardiovascular argentina e internacional. Su procedimiento marcó un punto de inflexión en la salud moderna, ya que salvó, y aún lo hace, a miles de personas en todo el planeta.
Cuando se habla de la historia de la cardiología, la figura de René Gerónimo Favaloro es indisoluble. Más aún cuando ésta se centra en la Argentina. Es que su invención, la cirugía de revascularización coronaria o de by-pass, logró salvar, y aún lo hace, millones de vida a lo largo y ancho del planeta. Hoy, este denominado prócer de la medicina internacional cumpliriría 100 años y este legado ya logró superar los 56.
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Resumir la historia de Favaloro en un solo párrafo podría convertirse en una injusticia, ya que desde su nacimiento el 12 de julio de 1923 en el barrio El Mondongo, de La Plata, hasta la realización del primer bypass aortocoronario el 9 de mayo de 1967, fueron 44 años de búsqueda y perfeccionamiento. Es que luego de 12 años de desempeñarse como médico en un pueblo pampeano, decidió abandonar la Argentina para viajar, en 1962, a Estados Unidos. Su objetivo, especializarse en cirugía cardiovascular.
Con esto en mente, realizó prácticas en la prestigiosa Cleveland Clinic bajo la tutela del reconocido Donald Effler y se centró en analizar cinecoronarioangiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco. Es que el laboratorio de Mason Sones, padre de la arteriografía coronaria, tenía la colección más importante de Estados Unidos.
Su objetivo era claro: aprender sobre anatomía arterial. Tras 5 años de arduo trabajo que lo llevaron a realizar una intervención que revolucionó la historia de la medicina cuando, realizó el primer bypass coronario del mundo, en una mujer de 51 años.
Este procedimiento consiste en efectuar una suerte de puente, con vasos sanguíneos sanos, que permiten sortear aquellos que se encuentran afectados.
Sin embargo, lejos de buscar alcanzar los laureles, Favaloro reconoció el camino previo y afirmó: “Los avances en la medicina son siempre el resultado de muchos esfuerzos acumulados a lo largo de los años”. Paso siguiente, advertía quiénes desarrollaron los avances que le permitieron llegar a esta intervención innovadora que fue considerada como uno de los “400 inventos más importantes de la historia de la humanidad”, por la plataforma cultural de Google, y la salvación para miles de personas en todo el mundo.
Pese a estos logros reconocidos por la comunidad científica internacional, Favaloro aseguraba que “el ‘nosotros’ siempre estuvo por encima del ‘yo’”, por lo que advirtió: “Nunca recibí distinciones a título personal”. Es por eso que, luego de este logro, recibió a cientos de médicos que, desde todos los puntos del planeta, viajaron a Estados Unidos para conocer esta innovadora técnica. “Quisiera ser recordado como docente más que como cirujano”, incluso afirmó. Hecho que realizó hasta su fallecimiento, el 29 de julio de 2000.
La historia del primer bypass coronario
Como todo en la vida de Favaloro, antes de poder sumergirse en el método, existe una historia detrás. Es que a comienzos de 1967, se planteó, por primera vez, la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Pero aún no estaba preparado para ponerlo en práctica cuando, el 9 de mayo de 1967, operó a esta mujer que, en ese entonces, tenía 51 años.
Según advirtieron desde la Sociedad Argentina de Cardiología en un artículo publicado a 50 años de esta intervención, “Favaloro planeaba operar a la paciente utilizando la técnica de endarterectomía con injerto, pero como el segmento resultó inusable, decidió utilizar la vena safena autóloga interpuesta con la arteria coronaria derecha, e hizo la anastomosis a la aorta. Su ocurrencia cambió la historia de la Cardiología”.
La operación con la que Favaloro cambió el mundo para siempre: “Me sentí como si fuera un plomero”
Estas palabras que son altamente complejas para todos aquellos que no están inmersos en el lenguaje técnico de los médicos, puede resumirse a grandes rasgos como: cuando se aprestaba a realizar un injerto para tratar un estrechamiento coronario, resultó que esta porción de tejido era inutilizable. Entonces, aquello que hipotetizó y que se había logrado en modelos animales, se convirtió en la solución.
Luego, no solo la recuperación de la mujer fue excepcional, sino que además su intervención le permitió vivir muchos años más. El siguiente paso fue estandarizar este método al que denominó como bypass o cirugía de revascularización miocárdica. Esta decisión impulsó su reconocimiento a nivel internacional y cambió de forma irreversible la historia de la medicina moderna, ya que puso su conocimiento a disposición de la humanidad.
infografia¿Qué es y cómo se realiza el bypass coronario que inventó René Favaloro?
Más allá de la historia, lo cierto es que esta técnica es un tratamiento especial para la enfermedad de las arterias coronarias, patología que provoca una disminución en el flujo sanguíneo que transporta la de sangre hacia el músculo cardíaco. Siendo que estas arterias son consideradas como “las más importantes del corazón”. Es por eso que el bypass coronario funciona como una suerte de “puente” que permite sortear esta interrupción o disminución gracias a la utilización de otros vasos sanguíneos del cuerpo, que se encuentren sanos, mejorando el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
Los vasos sanguíneos que se utilizan, en general, son del área del pecho, el brazo o la pierna. En el primer caso la elegida es la arteria mamaria interna, en el segundo es la arteria radial y en el último es la vena safena. Aunque este procedimiento “no cura la enfermedad cardíaca que provocó la obstrucción, como una ateroesclerosis o enfermedad de las arterias coronarias, puede reducir los síntomas, como el dolor en el pecho y la falta de aire”, advierten desde la Clínica Mayo.
Vale destacar que este procedimiento se realiza a corazón abierto, con lo cual existen riesgos inherentes a su realización. Es por este motivo que quienes realizan estas intervenciones son cirujanos especializados en cardiología.
La operación suele tardar unas 3 a 6 horas, aunque “la duración de la cirugía dependerá de la cantidad de arterias que estén obstruidas”, indicaron desde la Clínica Mayo. La intervención consiste en una incisión en el centro del pecho, a lo largo del esternón. “Luego, abrirá la caja torácica para dejar a la vista el corazón. Una vez que se abra el pecho, el corazón se detendrá temporalmente con medicamentos y se encenderá la máquina de circulación extracorpórea”, indicaron.
El paso siguiente es retirar ese vaso sanguíneo sano, el cual se denomina injerto, para luego unir los extremos por debajo de la arteria cardíaca obstruida, creando este puente que permite que la sangre circule por fuera de la obstrucción.
Tras realizar este procedimiento, se “restablecen los latidos del corazón en el quirófano, se detiene la máquina de circulación extracorpórea y se cierra el esternón con un alambre para propiciar que sane el hueso”, enumeraron desde la Clínica Mayo. Por último, el tiempo de recuperación se extiende entre 6 y 12 semanas.
Fuente: Infobae.com
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