El equipo africano dio el batacazo y dejó en el camino al favorito a llevarse la llave. Fue un 3 a 0 en la definición desde los 12 pasos, que tuvo como protagonista indiscutido al arquero Yassine Bono.
Bajo un infernal ambiente propuesto por sus seguidores, Marruecos hizo historia este martes con su primera clasificación a cuartos de final en una Copa del Mundo, tras eliminar a España por penales (3-0) en los octavos de Qatar 2022.
El lateral Archaf Hakimi, compañero de Lionel Messi en París Saint-Germain, desató el delirio de más de 15.000 marroquíes enardecidos con una definición pinchada, homenaje al uruguayo Sebastián Abreu en los cuartos de Sudáfrica 2010.
España, campeón de aquella edición, falló sus tres ejecuciones en el estadio Education City: Pablo Sarabia estrelló su remate en el palo; mientras que Bono -arquero del Sevilla- tapó los envíos de Carlos Soler y Sergio Busquets.
El encuentro fue arbitrado por el argentino Fernando Rapallini, que completó su tercer partido en la competencia con apenas dos tarjetas amarillas, una por equipo.
Marruecos, uno de los cuatro invictos en Qatar, logró un inédito ingreso a la élite del fútbol, algo que no había podido conseguir en sus cinco participaciones mundialista anteriores. Solo una vez (México ’86) había accedido a octavos y en las otras no pasó de la fase inicial (1970, 1994, 1998 y 2018).
En los festejos por la clasificación, sus jugadores mostraron una bandera de Palestina de cara a los fanáticos, que conocerán al siguiente rival hoy mismo después del cruce Portugal-Suiza. Ese partido de cuartos de final se disputará el sábado próximo a las 12:00 en Al Thumama.
Durante todo el partido, los españoles debieron lidiar contra el buen planteo de Walid Regragui y el clima acalorado que propusieron los fanáticos marroquíes con clara mayoría en las tribunas del Education City.
La tendencia del balón, un rasgo característico del seleccionado de Luis Enrique, estuvo acompañada de una persistente silbatina que se transformaba en un estallido cada vez que un futbolista africano lograba interrumplir el circuito de juego.
Marruecos dificultó con inteligencia la comunicación entre los jugadores españoles con una disposición táctica compacta y una actitud individual a la altura de la histórica instancia alcanzada en Qatar 2022.
Con sus 10 jugadores de campo en tres franjas del césped, más o menos adelantadas, pero siempre juntas, neutralizaron el pase entre líneas de Sergio Busquets, Gavi y Pedri y no sufrieron en el arco de Bono, salvó cuando el jugador del Sevilla arriesgó con los pies y facilitó una peligrosa recuperación de España luego anulada off side de Ferrán.
Sobre la banda derecha, Marruecos ubicó a sus jugadores de mayor jerarquía, Achraf Hakimi y Hakim Ziyech, pero el desequilibrio lo provocó por el costado opuesto Sofiane Boufal.
A puro amague, el jugador de Angers se fabricó los espacios para complicar a Marcos Llorente y gestó la mejor ocasión del primer tiempo con un centro-habilitación que Aguerd cabeceó desviado desde inmejorable posición en el área.
Luis Enrique rotó las posiciones de Gavi y Pedri en la mitad de la cancha; fijó en las bandas a Ferrán y Dani Olmo para abrir el cerrojo pero la organización del conjunto magrebí permanecía intacta.
A la expectativa de una inspiración individual, España mostró una tendencia a la lateralización por falta de espacios. Rodri, uno de sus marcadores centrales, fue quien más veces pasó la pelota en el partido.
La tenacidad de la marcación marroquí no se modificó ni en ápice, lo que generó la reacción de la prensa y el público español contra Rapallini, señalado por permisivo.
Los ingresos de Morata y Williams renovaron el ataque de España y precipitaron algunas posibilidades de riesgo en el área rival, también por el cansancio del seleccionado africano en el último cuarto de hora.
Regragui hizo cuatro cambios entre los 37 y 39 minutos del segundo tiempo para tener una formación fresca en la prórroga. Williams confirmó su buen ingreso con peligrosos desbordes por el sector derecho que daban esperanza.
Marruecos, apuntalado por el oficio de su mediocampista central Amrabat, contestó con dos llegadas de Cheddira, una de ellas conjurada por Simón con sus pies. En un clima de tensión y dramatismo, el partido estaba para el que acertara en una ataque y pudo ser de España en la última jugada con una aparición de Sarabia, cuyo remate despintó el palo derecho de Bono.
Finalmente la moneda cayó en favor de los marroquíes por la grandeza de su arquero Bono y la falta de puntería de los españoles.
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