Vacunación en Chile: “Es el modelo a seguir en la región”

Así lo afirmó el doctor Eduardo Savio, coordinador del Comité de Inmunizaciones de la Asociación Panamericana de Infectología en diálogo con Infobae. La clave fue la rapidez con la que actuaron.

Dejar atrás la pandemia ocasionada por el coronavirus no parece ser una utopía en Chile. Con más de un millón de personas vacunadas, el país vecino se convirtió en el líder de la región en la inoculación contra el virus SARS-CoV-2.

Los convocados en los primeros días para la campaña de vacunación gratuita y voluntaria fueron los mayores de 85 años, aunque en una primera fase habían comenzado con su personal sanitario en el primer lote recibido de Pfizer/BioNTech.

El objetivo del gobierno chileno es inmunizar a todos los mayores de 65 años antes del 19 de febrero para que toda la población de riesgo, adultos mayores, enfermos crónicos y personal sanitario, se vacune durante el primer trimestre de 2021 y tener vacunados a 15 millones de personas para julio, es decir, casi el 79% de todo el territorio. Para el coordinador del Comité de Inmunizaciones de la Asociación Panamericana de Infectología, el doctor Eduardo Savio, el país transandino es un ejemplo en la implementación de un plan de inmunización en Sudamérica.

-¿Qué país de la región es el que mejor está combatiendo la pandemia del SARS-COV2?

– Parto de la base como infectólogo clínico y por convicción, formación y por ordenar el Comité de Inmunizaciones de la Asociación Panamericana de Infectología (API), que la vacuna o las vacunas anti COVID-19 son la única herramienta disponible y esencial que tenemos, para que en conjunto con otras medidas no farmacológicas como el uso del barbijo, lavado frecuente de manos, tratamiento físico sostenido, evitar ambientes cerrados y los cuidados al aire libre. Junto con todo eso a lo largo de todo el 2021 y quizás mas, es lo único que tenemos para controlar la pandemia a largo plazo.

Entonces, Latinoamérica en general ya ha comenzado a vacunar con mayor o menor éxito en lo que hace a dosis administradas y plazos de las mismas. Si uno tiene que destacar algo en la región, podríamos destacar la situación de Chile por ejemplo, ¿verdad? Chile comenzó hace muy poco a vacunar con un portafolio diversificado de vacunas y lo ha hecho muy rápido. El mejor ritmo es ver cuántas dosis cada 100 habitantes están aplicando. Y ellos están en 5.58 dosis cada 100 habitantes, lo cual es mucho. Puede hacer predecir que si nada les falla, los proveedores les siguen entregando vacunas en tiempo y forma, quizás antes de fin de año todos los chilenos que deseen vacunarse ya estén vacunados.

Así que la perspectiva y la visión de Chile es muy importante. Aún por fuera de la salud, por ejemplo, una empresa de análisis financiero como JP Morgan califica a Chile como el primer país emergente en transformarse y lograr inmunidad contra COVID-19 en el segundo semestre de este año. Estados Unidos por otra parte, más allá, al Norte de las Américas, que comenzó antes, en diciembre, tiene 13.05 de dosis cada 100 habitantes, pero es tal el desborde de contagios diarios que aún así no logran dar señales claras de control, aunque sí van disminuyendo cifras de contagios y de hospitalizaciones que es lo que se espera con todo esto.

-Para usted, ¿el modelo de vacunación a seguir en la región hoy es Chile?

-Es el modelo a seguir porque implementaron un programa amplio, que es de muy rápida acción y con la seguridad de que están recibiendo de los proveedores, cosa que no le pasa a cualquiera, vacunas en tiempo y forma. Eso tiene especial importancia porque hoy más que nunca es importante vacunar rápidamente a las poblaciones. Una campaña rápida de implementación que puede llegar a generar la inmunidad de rebaño que todos queremos, antes que las mutantes emergentes de SARS-CoV-2 tengan chances realmente de invadir y comenzar a perturbar la eficacia de las vacunas como ya ha pasado en Sudáfrica con una de ellas

-¿Cuál es el gran desafío que afronta la región para alcanzar la inmunidad de rebaño?

-En Latinoamérica va a ser muy difícil porque existen muchísimas asimetrías en los países en cuanto a si se inició o no la vacunación, en cuántas dosis se están dando cada 100 habitantes y en qué tiempo. En si los proveedores de vacunas están cumpliendo en tiempo y forma con los compromisos asumidos de proveer a los países. Entonces uno tiene que pensar que si todo marcha bien, se agilizan los planes de vacunación, más países se integran, y los que ya están vacunando lo hacen rápidamente, sobre fines del 2021 podría comenzar a esbozarse una inmunidad de rebaño, lo cual es una aspiración, porque uno es realista y vemos que hay muchas asimetrías, hay mucha lentitud en la campaña.

-¿Qué se debe esperar en los próximos meses en esta parte del hemisferio sur?

-En este momento en el hemisferio sur tenemos que tener mucho optimismo porque hasta ahora vivíamos atrás de una máscara y nos lavábamos las manos. Ahora vamos a seguir haciendo lo mismo por mucho tiempo pero ya con vacunas mediante, que en realidad la mayoría de ellas son altamente efectivas. Y en caso que se apliquen en tiempo y forma van a contribuir a la inmunidad de rebaño.

Además también tenemos que pensar que la gente tiene muchas dudas e inquietudes que se fueron generando y hay que asegurarles que las vacunas son seguras, eficaces, inmunogénicas y aproximarlos al concepto de que deben ser vacunados. Porque toda persona va a tener un lugar y un momento para vacunarse sea cual sea su condición y comorbilidad. Piensen que en la región por ejemplo tenemos tres vacunas como mínimo que están por arriba de un 90% de eficacia, que es mucho más que la de la influenza. Y me refiero específicamente a las vacunas con plataforma de ARN mensajero, la de Moderna y Pfizer, y me refiero también muy específicamente a la vacuna Sputnik V con vector viral de adenovirus en dos dosis que en Argentina están empleando en este momento. Solo hay que acelerar el proceso de acceso de la gente.

-¿Qué vacuna o vacunas aconseja que uno debería colocarse?

-Todas tienen sus fortalezas, que son su mayoría, y sus debilidades. Creo sinceramente que cada quien debe darse la vacuna que en el país donde vive le está ofreciendo. Porque ningún país está ofreciendo una vacuna con dudosa efectividad ni con baja eficacia, pero hay que saber leerla. Por ejemplo, la famosa vacuna de origen chino, Sinovac, tiene 50,38% de efectividad, pero eso solamente para prevenir las formas completamente menores. Tiene un 73,8% para las formas moderadas y severas, y tiene un 100% para evitar muerte y hospitalización. Lo que nosotros tenemos que mirar es para evitar las muertes y la hospitalización porque tenemos demasiadas muertes en el continente, sobre todo en los adultos mayores.

-¿Está de acuerdo con medidas más restrictivas aún con las consecuencias económicas que esto conlleva?

-No, medidas restrictivas nunca porque ya demostraron que no son eficaces. Por ejemplo, en Uruguay se ha ido manejando la pandemia de una forma un poco peculiar, con mejores y peores momentos, pero nunca llegamos a la restricción total y la economía no se paralizó. La economía es necesaria porque la gente come en el día a día, come de su trabajo. Entonces más que medidas restrictivas de movilidad, que en realidad nunca han resultado demasiado en ningún lugar, basta mirar al Reino Unido, que no es el espejo que debemos mirar, creo que hay que enfatizar la educación y el poder de persuasión en lo que hace en cuanto a las medidas no farmacológicas de control del COVID-19 y el convencimiento para el uso de vacunas cuando estén disponibles en su área geográfica y hacerlo a la brevedad.

-¿Está de acuerdo con los confinamientos?

-Realmente no. Porque cuando uno mira los confinamientos híper restrictivos que se han dado en países insulares como en Nueva Zelanda u otros lugares, por un tiempo muy corto y con unas economías muy fuertes que no dañaron a nadie. Latinoamérica no está en esa posición. Los confinamientos eternos no sirven y eso está demostrado ampliamente.

-¿Cuál es su consejo para transitar desde hace más de un año el COVID-19?

-El consejo es que todos, absolutamente todos en este año hemos aprendido muchísimas cosas. Todos hemos perdido cosas y ganado otras. Y en consecuencia es el mejor momento para solidificar nuestras medidas de protección por todos conocidas con la perspectiva de la vacuna, que algunos ya la viven y otros la viviremos. Que nadie piense que este año va a ser diferente. Quizás solo en 2022 si todo sale muy bien y vacunas mediante, las cosas empiecen a cambiar, podamos distendernos, abrirnos un poco más y volver a cosas que hace mucho que no hacemos y que ya no nos acordamos cómo eran.

-¿Se volverá a la normalidad durante el 2021?

-Es absolutamente definitivo y con un criterio totalmente realista. No es pesimista, es ver la realidad, saber proyectarse, saber dónde estamos parados y admitir que en esta situación tenemos que fortalecernos y dar un empujón para poder ser sanos y libres más adelante.

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