El Senado convirtió en ley el Presupuesto 2019

Con el apoyo de parte del peronismo, Cambiemos obtuvo 45 votos a favor, 24 en contra y una abstención. También se aprobó un paquete económico que se había discutido en Diputados. Bienes Personales volverá a la Cámara baja.

Tal como se esperaba cuando comenzó la jornada, Cambiemos logró los votos necesarios para convertir en ley el Presupuesto 2019 y cumplió con su objetivo de aprobar la «ley de leyes» antes de que comience el G20 el próximo 30 de noviembre. Con apoyo de parte del peronismo, la votación fue por 45 votos a favor, 24 en contra y una abstención.

Además, el Senado le dio sanción definitiva a la adenda del Consenso Fiscal (48-12-0) y al revalúo del Impuesto a las Ganancias (53-8-0), que habían sido aprobados por la Cámara de Diputados semanas atrás. Con respecto a la suba del impuesto a los Bienes Personales, que también tenía media sanción de Diputados, recibió una modificación introducida por Miguel Ángel Pichetto (57-4-0) y el proyecto volverá a la Cámara baja para su sanción final.

El debate se desarrolló sin sobresaltos y con los discursos claramente polarizados. En Cambiemos hubo poco oradores que defendieron la norma, pero esto había sido pactado de antemano para agilizar el debate. Aunque no fue tan efectivo porque en la oposición muchos senadores tomaron la palabra para criticar el texto y quienes lo apoyaron utilizaron su tiempo para justificar su voto.

El primero en hablar fue el presidente de la comisión de Presupuesto, Esteban Bullrich, quien realizó una encendida defensa de la ley: «Es falso que consumir es mejor que ahorrar; es falso que ahorrar hoy para el futuro es reducir nuestros recursos; es falso que ordenar el Estado es ajustar oportunidades; y es falso también que los recursos del Estado son infinitos».

Asimismo, resaltó que se prevén una gran cantidad de obras y adelantó que el objetivo el Gobierno es que para 2023 el 75% del país tenga cloacas. Y con respecto a la demanda de empleo, sentenció: «Tiene que haber empleadores, emprendedores, empresarios. No sirve el pleno empleo si tenemos uno de cada cuatro trabajadores en el Estado. Gobernar no es dar trabajo, es crear las condiciones para que se cree trabajo».

Al ex ministro de Educación lo siguió el presidente del bloque de Unidad Ciudadana, Marcelo Fuentes, que muy crítico con la ley y con la gestión de Cambiemos: «Solo ofrece a los argentinos más ajuste, precarización, endeudamiento y recesión».

«Es la primera vez en la historia argentina donde un Presupuesto viene a declarar que el país va a involucionar, y lo presentan como una virtud», agregó y remató: «Este Presupuesto no cae desde el cielo, sino que hay una construcción política que expresa claramente cuál es el proyecto de gobierno que hemos tenido en estos tres años, y el camino que se ha recorrido».

Otro de los discursos duros contra el Gobierno fue el de José Mayans, que se centró en la deuda y en la inflación: «Este Gobierno ha tenido una de las inflaciones más altas de la historia argentina. Este año va a ser de casi el 50%».

«Los resultados muestran que el programa económico del Gobierno fracasó. La realidad que refleja este Presupuesto es la gente que no llega a fin de mes, que ha perdido el trabajo, que no puede acceder a los alimentos», completó.

Durante su discurso de cierre, Cristina Kirchner realizó un largo repaso por hechos históricos y mencionó casos de países que apuntaron al déficit cero y fracasaron, entre ellos Portugal y Grecia. Luego, se refirió a la coyuntura y realizó una cruda crítica a la política económica del Gobierno.

«Estamos yendo por el peor camino. Van a dejar un país infinitamente peor el que recibieron. Parece mentira que hoy le hayamos pedido 57 mil millones de dólares al FMI. ¿Realmente piensan que esta va a ser la solución? ¿Puede algún argentino creer que la solución va a venir de ahí? Puedo entender los discursos de la política, el coacheo mediático, pero es hora de que convoquen. Si no quieren convocar a los que estaban antes, no importa, pero tienen que organizar algo porque esto se va a tornar insostenible», disparó.

Y añadió: «Se la pasaron hablando durante dos años de la pesada herencia y la verdad nadie sabe cómo se va a hacer para pagar en 2020 la formidable deuda que han contraído y no se sabe dónde está. ¿Está en obras? ¿Netbooks? ¿Escuelas? ¿Hospitales? ¿Rutas? ¿Mejores salarios para universitarios y científicos? ¿Dónde fue toda la deuda que contrajeron?».

A su turno, Miguel Ángel Pichetto realizó una alocución equilibrada entre críticas al macrismo y la necesidad de apoyar el Presupuesto, al que definió «de crisis». Sobre lo último, se justificó: «No votar el Presupuesto no cambia lo malo del plan económico. A este Presupuesto hay que votarlo a pesar de que ustedes digan pavadas cuando se levantan. El plan lo definió el Gobierno, yo creo que es malo».

Sin embargo, esto no impidió que el jefe de la bancada peronista fuera muy duro con los funcionarios nacionales: «Voló todo por los aires este año porque se equivocaron, tienen ataques de pánico. No aguantan ninguna presión. Van a un restaurante, tres tipos les gritan y huyen».

La ley

El objetivo del Gobierno es lograr el «déficit cero», lo cual implicará un recorte de cerca de 300 mil millones de pesos, de los cuales 200 mil los hará la Nación y los 100 mil restantes las provincias.

Uno de los puntos salientes de la norma es que proyectaron un dólar promedio a USD 40,10, un crecimiento económico (PBI) negativo de -0,5% y una inflación del 23%. Además, el gasto primario insumirá $3.431.746 millones para atender las necesidades del Estado. De ese total, la administración gubernamental se lleva el 4,9%, los servicios de defensa y seguridad, el 5,5%; los servicios sociales, el 77%; los servicios económicos, el 12,5% y los servicios de la deuda pública, el 0,2%. La asignación para las prestaciones previsionales (ANSES) es de $1.437.859 millones e incluye la liquidación de jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares.

Las metas fiscales, en tanto, prevén un déficit fiscal primario de 2,7% del PBI en 2018 y de ahí en adelante una reducción del déficit primario que alcance el equilibrio fiscal (0% del PBI en 2019), hasta llegar a un superávit fiscal de 1,0% del PBI en 2020.

Con respecto a la transferencia de los subsidios al transporte urbano de la Nación a las provincias, uno de los temas más discutidos por su implementación, se resolvió crear un fondo de $6.500 millones «destinado a asistir en la transición» y «evitar saltos» en las tarifas. La distribución estará a cargo del Ministerio de Transporte: 5 mil millones será de forma automática y los restantes 1500 millones será teniendo en cuenta los desajustes que presenten ciertos municipios.

Además, se destinaron refuerzos presupuestarios para el Conicet ($500 millones), INTA ($500 millones), Secretaría de Cultura ($500 millones), Sedronar ($100 millones), y Plan de Lucha contra la Violencia de Género ($30 millones adicionales).

En las retenciones, se reduce del 33% al 30% del tope de derechos de exportación a la soja; se mantiene el 12% para el resto de los productos. El plazo se mantiene hasta el 31 de diciembre del 2020.

También, durante la discusión en Diputados, se eliminó el artículo 53, que habilitaba al Poder Ejecutivo a reestructurar la deuda pública «según las condiciones imperantes del mercado financiero». Se mantiene la ley vigente de Administración Financiera, que indica que a través de estas operaciones se debe lograr un mejoramiento de los montos, de los plazos o de los intereses.

Y la ley tiene, por primera vez e impulsado por el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, una exención del impuesto interno a las bebidas espumantes.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*