De acuerdo a lo que anticiparon los propios senadores, la votación estaría 37 a 31 en contra de la ley. Aún restan dos indecisos. De no haber ausencias importantes, se caerá la media sanción de la Cámara de Diputados
A poco menos de dos meses de la media sanción obtenida en la Cámara de Diputados, el Senado debatirá hoy en una sesión maratónica el proyecto sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo. En el medio, hubo siete audiencias públicas en las que aproximadamente 140 oradores a favor y en contra de la iniciativa dieron sus argumentos y fueron escuchados por los senadores.
A diferencia de lo ocurrido en la Cámara baja, el panorama sobre lo que sucederá esta jornada en el recinto está más claro. Sucede que solamente hay dos senadores que no comunicaron su postura (Omar Perotti y José Alperovich), mientras que los restantes 70 ya decidieron: 37 votarán en contra, 31 a favor (muchos con cambios), 1 abstención (Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino, que no se descarta que acompañe un texto con cambios) y 1 ausencia ( María Eugenia Catalfamo, de San Luis, por licencia de maternidad).
El «poroteo» se definió en los últimos diez días, cuando aún la votación parecía más ajustada. Hubo varios legisladores que figuraban como indecisos que hicieron pública su posición de no acompañar la norma (Gerardo Montenegro, Ángel Rozas, Inés Blas, Carlos Menem, Juan Carlos Romero, Carlos Reutemann y María Belén Tapia) y hubo una senadora, Silvina García Larraburu, cuyo bloque, Unidad Ciudadana, había anunciado que acompañaría la ley, pero ella ahora votará en contra.
Ante esto, la estrategia de quienes impulsan la norma fue mutando. Primero, su intención era aprobar la ley sin cambios, tal cual llegó de Diputados. Luego, conscientes de que no conseguían los números, aceptaron que se le realizara modificaciones. Estas fueron impulsada por los senadores cordobeses Alberto Caserio, Laura Rodríguez Machado y Ernesto Martínez, que presentaron un texto alternativo pero que «no modificaba el espíritu de la ley». Logró el consenso de los diputados y del colectivo de mujeres detrás de la lucha por el aborto legal.
Más importante aún, se sumó a la pelea Miguel Ángel Pichetto, hombre fuerte de la Cámara alta, quien en sintonía con los cordobeses y los senadores de Cambiemos que apoyan la iniciativa (Humberto Schiavoni y Luis Naidenoff, entre otros) intentaron, sin éxito, conseguir dictamen del proyecto con cambios.
Precisamente esta será la primer batalla de hoy. El senador del PJ insistirá con discutir el dictamen con modificaciones, apelando a que el reglamento lo avala por el artículo 180 y bajo el argumento de que «lo político es más importante», por lo que el cuerpo debería decidir: «Votaremos en el recinto si tiene razón la propuesta de Pinedo (que se ampara en el artículo 105) o la mía», anticipó Pichetto en la comisión de la semana pasada.
Sin embargo, para que prospere, los «verdes» necesitan los votos de la mitad más uno del recinto, algo difícil de conseguir ya que la mayoría la tienen los «celestes». Por ende, salvo una excepción, el debate será como lo quieren los anti aborto: sobre el texto que llegó de Diputados.
La otra esperanza de la bancada pro ley es que haya ausencias a la hora de votar, lo que equilibraría la balanza. Desde el miércoles pasado hasta hoy hubo intensos llamados, reuniones y hasta viajes al interior para convencer a senadores ya no que cambien de opinión sino que no se presenten a votar. Las expectativas son pocas, sobre todo porque son muchos los votos que deberían recortar. Al desempatar Gabriela Michetti, que lo haría en contra, los «celestes» se aseguran la victoria con 35 senadores. En cambio, los «verdes» precisan 36.
El poco acompañamiento dentro de Cambiemos y las proyecciones políticas de varios senadores son dos grandes impedimentos para la el futuro de la ley. Dentro de la bancada oficialista, solamente 8 de los 25 miembros van por el sí: Eduardo Costa (Santa Cruz), Gladys González (Buenos Aires), Ernesto Martínez (Córdoba), Luis Naidenoff (Formosa), Laura Rodríguez Machado (Córdoba), Humberto Schiavoni (Misiones), Pamela Verasay (Mendoza) y Aníbal Castillo (Catamarca).
El mayor rechazo se da en la Unión Cívica Radical (UCR), en donde 9 de los 12 votarán en contra. Tal es así que el lunes las organizaciones juveniles del partido exigieron a los legisladores que acompañen el proyecto. Participaron dirigentes como el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Salvador, el ex diputado Ernesto Sanz y los diputados nacionales Martín Lousteau, Carla Carrizo, Karina Banfi, entre otros. El mensaje fue más que nada dirigido a Julio Cobos (Mendoza), Julio Martínez (La Rioja) y Ángel Rozas (Chaco) ya que los tres buscan ser gobernadores de sus provincias y los acusan de votar especulando con el impacto que allí tendría su posición.
Las tres variables que enfrenta la ley
Si bien todo parece indicar que se impondrá el rechazo, hay otros dos caminos posibles. El primero, el menos probable, es que el Senado ratifique la media sanción de Diputados. Esto está casi descartado ya que muchos de los senadores que apoyarían la aprobación lo harían solamente con cambios.
El otro es que salga con modificaciones, lo que implicaría que debe volver a la cámara de origen, la de Diputados. Este sería el escenario ideal para los «verdes», que en la Cámara baja tienen más adeptos.
En caso de volver a Diputados, lo primero que debe suceder es el debate en comisión. Una vez obtenido el dictamen, llegaría nuevamente al recinto. Ahí, el cuerpo tiene dos opciones de acuerdo a la Constitución Nacional: aceptar los cambios o insistir en la primera sanción.
Para aceptar los cambios, solamente necesita mayoría simple. En cambio, para descartarlos y aprobar el texto original, es necesaria una mayoría igual o superior a la del Senado. Por ejemplo, si la Cámara alta aprueba con dos tercios de los votos, Diputados va a necesitar dos tercios. No le alcanza con la mayoría simple. De todos modos, de suceder esto, en la Cámara baja la idea es darle el visto bueno a las modificaciones.
Fuente: Infobae.com
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