«Nos hicieron sentir peor que a un mendigo»: la historia del «destrato» detrás de la goleada de Independiente sobre Central Ballester

El «Rojo» goleó 8 a 0 al humilde equipo de la Primera D por los 32avos de la Copa Argentina. La foto que generó indignación y un audio que confirmó el malestar.

Independiente avanzó de fase en la Copa Argentina con la goleada más importante en la historia del certamen. Fue por 8 a 0 frente a Central Ballester, el humilde equipo de la Primera D.

Mucho se habló de este resultado y el debate se instaló en las redes sociales: de un lado, los que pidieron que no hacía falta llegar a tantos goles frente un equipo rival totalmente amateur; y del otro, los que sostienen que la mejor manera de mostrarle respeto al rival es jugar el partido en serio.

Mientras tanto, todos destacaron la actitud del conjunto de José León Suárez que no pegó una patada, tampoco apeló al juego brusco e intentó, con sus armas, afrontar el partido más importante de su vida de la manera más digna posible.

Sin embargo, lo que disparó la verdadera polémica fue una actitud tomada por el equipo de Avellaneda tras el partido y que involucró de manera directa a su rival de turno. Una vez finalizado el encuentro, como es habitual, los futbolistas de Central Ballester aguardaron por el cambio de indumentaria (camisetas, pantalones, etc). Aunque esto no ocurrió, y es llamativo ya que es una práctica habitual de los futbolistas, lo que indignó en el cuadro «canalla» fue ver a sus jóvenes jugadores esperando en la puerta del vestuario del «Rojo» sin recibir respuesta. La imagen se viralizó y produjo rechazo.

«Me siento muy dolido por cómo la dirigencia de Independiente trató a mis jugadores cuando fueron humildemente a pedir las camisetas y a llevarles ellos las camisetas. Nos trataron como si fuéramos peor que a un mendigo», arremetió Donato Lanzillotta, presidente de Central Ballester.

El dirigente confirmó lo ocurrido y brindó más detalles de lo que vivieron sus futbolistas: «Los ningunearon. No había ningún problema que si me la querían cobrar yo se las hubiese pagado, eso no se hace. Los chicos lo único que querían era un recuerdo, una camiseta, un pantalón, y los tuvieron afuera del vestuario diciéndole ahora les damos, y los chicos sin bañarse para esperar que le dieran la camiseta. Los hice salir yo de la puerta del vestuario diciéndole que nosotros no eramos un mendigo para pedir una camiseta».

El mensaje de Lanzillotta fue dirigido a los dirigentes de Independiente y no los jugadores. «A esas personas que estaban a cargo, que no los conozco ni me interesan, porque en ningún momento se presentaron y los hicieron esperar en la puerta del vestuario, ojalá a ellos les toque alguna vez pasar el mal momento que me hicieron pasar a mí y a mis jugadores. Y que se guarden la camiseta, que se las guarden pero bien guardadas. Gracias», cerró.

«Sabés que no soy mucho de hablar ni de escribir, pero me siento muy dolido cómo la dirigencia de Independiente trataron a mis jugadores cuando fueron humildemente a pedir las camisetas y a llevarles ellos las camisetas. Nos trataron como si fuéramos peor que a un mendigo, no sé como decirte las palabras como para no ofender a nadie. Pero no ofender a nadie, no de ellos, porque mis jugadores humildemente fueron a pedirle una camiseta y los ningunearon. Y decirles que no había ningún problema que si me la querían cobrar yo se las hubiese pagado, y que eso no se hace. Nosotros fuimos con mucho respeto. Y que bueno, que ojalá ellos, alguien les devuelta la misma manera que nos atendieron a nosotros, porque los chicos lo único que querían era un recuerdo, una camiseta, un pantalón, y los tuvieron afuera del vestuario diciéndole ahora les damos, y los chicos sin bañarse para esperar que le dieran la camiseta. La verdad que a comparación con otros equipos que han hecho con los jugadores, sin ir más lejos con Atlas invitarlos a cenar (River tuvo esta actitud con el equipo de la Primera D tras el encuentro), los chicos son muy humildes los míos, pero la verdad que me hicieron sentir muy mal. Los hice salir yo de la puerta del vestuario diciéndole que nosotros no eramos un mendigo para pedir una camiseta. Así que esas personas que estaban a cargo que no los conozco ni me interesan, porque en ningún momento se presentaron y los hicieron esperar en la puerta del vestuario, ojalá a ellos les toque alguna vez pasar el mal momento que me hicieron pasar a mí y a mis jugadores. Y que se guarden la camiseta, que se las guarden pero bien guardadas, y decirles que de parte mía, de Donato Lanzillotta, muchas gracias».

Fuente: Infobae.com

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